Gastronomía de verano en Cádiz

por Manuel Fernández-Trujillo Jordán

Pasados los eventos gastronómicos de Navidad, Carnavales y Semana Santa, y siguiendo con la serie de nuestra cocina según la época del año, ahora le toca al Verano en Cádiz.

Como en los anteriores festejos, la gastronomía en verano (Cádiz está de fiesta todo el verano) se ve afectada por la llegada masiva de visitantes, tanto nacionales como extranjeros, así que de nuevo tenemos un factor para algunos distorsionador y para otros aleccionador de nuestra cocina tradicional (luego se verá).

Pasear por la orilla del mar durante el mediodía sobretodo los fines de semana, puede ser como la visita a una exposición gigante de nuestros productos gastronómicos. Desde la ensaladilla gaditana (tan ensalzada por nuestro querido Pepe Monforte) hasta el menudo. Paseamos delante de mariscos cocidos en su punto, frituritas de pescados, en algunos casos marinados previamente en ajito, perejil y vino, o adobados (según los cánones gaditas, con su ajo orégano, vinagre y pimentón), guisitos de pescado en amarillo como cazón o rubio, filetitos de pez de espada en salsa de aceite de oliva y ajos.

Así pasamos delante de fiambreras con guisitos de carne al toro, costillas de cerdo, pollo frito o en salsa, tortillas de patatas de distintas composiciones, y así vamos recorriendo el litoral, hasta que ya trastornado con tantos exquisitos alimentos y atractivos "taper", y por el sol, llegamos debilitados a alguno de los chiringuitos o bares que se sitúan en los aledaños de la playa.

Pedimos una cerveza y una tapa para reponer, y claro está, recuerda los aromas y colores que acabas de dejar en las fiambreras de la playa; que si no fuera por vergüenza en más de una ocasión le hubieras pedido por favor una pinchadita por aquello de degustar la auténtica Cocina Gaditana, que sigue estando en los fogones de las casas, y que le cuesta asomar la cara en los establecimientos, para disfrute de todos.

Deberíamos aprovechar la llegada de tantos visitantes para además de ofrecerle nuestra belleza, hospitalidad y buen clima, degustaran nuestra auténtica gastronomía, seguramente los beneficios serían para todos y se convertiría en un atractivo más de nuestra tierra.

Manuel Fdez.-Trujillo Jordán
Verano del 2001