‘TOSANTOS’ versus HALLOWEEN

José Manuel Pérez Moreno

La celebración de esta tradicional fiesta se incluye en la “Fiesta de los Mercados”

*Octubre va discurriendo, entre hojas de almanaque, con un incuestionable transitar, que lo lleva hasta Noviembre, de la mano de San Lorenzo en el veranillo del membrillo, vía San Miguel. Es un tiempo irregular, etiquetado una y otra vez, por su caminar loco y paradójico, donde alternan sin orden ni concierto, días de agua y temporal que buscan la convivencia climatológica, con los calores y la adaptación al caprichoso Viento de Levante, que odiamos tanto como añoramos, según convenga. El término medio es muy difícil, siendo habitual en Cádiz, una especie de ocurrencia, que remata su indignación, “¿qué haríamos aquí sin levante, picha...?”, lo cual choca frontalmente con el rechazo que provoca la estabilidad de su presencia. Sirva el preludio para anunciar la llegada de una fiesta importante en nuestro santoral, según la historia de origen romano, conmemorando el día de los difuntos. Posteriormente la Iglesia la cristianizó, instituyéndose el día uno de Noviembre, como el de todos los Santos. Coincide con el “año nuevo celta”, que celebraba el fin de las cosechas y el cambio estacional hacia el oscuro y se celebra como fiesta cristiana desde el siglo VIII, disfrutándose a gusto si coincide con un “puente laboral”. Concretamente en nuestro Cádiz, donde abreviamos por práctica natural, se le conoce como “TOSANTO”, así a secas, con confianza… ya que a buen entendedor...

*Resulta obvio que la gastronomía está íntimamente ligada al festivo santoral, con el lógico recuerdo y respeto a nuestros difuntos. Gastronomía de temporada, con una amplia variabilidad en productos o nuevas tendencias, según costumbres y sitios, teniendo en cuenta su proximidad con las fiestas navideñas. Estamos en tiempo de almendras, avellanas de los toros, castañas, nueces y piñones, así como de acerolas o azofaifas, sin olvidar los peros y membrillos, ni por supuesto la exuberancia de los clásicos boniatos y batatas que conviven en buena armonía con frutos tropicales, tales como chirimoyas, granadas, aguacates o mangos, que crecen bajo el plástico andaluz oriental. Reseñar que entramos de lleno en la época estacional de Caza y de Setas, tan abundantes, y por fin reconocidas en nuestra región, y que permiten una variedad culinaria de gran calidad y alto prestigio. No olvidemos la tradicional repostería de la época, con buñuelos, piñonates y dulces huesos de santo, elaborados con azúcar, cidra y/o crema de boniato. Estos populares “huesos de santo” son una transgresión macabra del más ancestral miedo humano, el de la propia muerte. Hechos con pasta de almendras y formato de hueso, se rellenan - con dulce de yema y/o cremas de batatas o chocolate, son muy demandados en estos días.

*La celebración de esta tradicional fiesta se incluye en la “Fiesta de los Mercados”, en el ámbito de los mercados o plazas de abastos gaditanas, en la que los puestos de los detallistas se engalanan profusamente, con originalidad y predominio de la fina ironía gaditana en antesala carnavalesca. Resulta obvio comentar que nuestras tradiciones han de convivir, con la anglosajona festividad del Halloween, “jalowiin” para el gadita, que no se corresponde con nuestra personalidad e idiosincrasia. La calabaza se impone (aunque pienso luciría más si se incorporarse a un buen potaje, con sus habichuelitas verdes, o al dulce, que cantaba nuestro admirado Carlos Cano.

Y la modita de los disfraces, que no tiene ni comparación con la alegría y la gracia de nuestros disfraces de Carnaval. Hablando de potajes, no duden en probar el de “Judías con castañas pilongas” de nuestro recetario gaditano, pero...mira por donde ya me está entrando hambre...

José Manuel Pérez Moreno