MARISCOS DEL GOLFO DE CÁDIZ

El langostino de Sanlúcar es el marisco más característico de la provincia

Si atendemos a los dichos populares, entramos en los meses claves para comer marisco, para los que siempre hemos escuchado que hay que hacerlo en los meses con “r” (de septiembre a abril). Esta falsedad, que partió del hecho de que antiguamente era más difícil conservar el marisco en épocas de estío, así como de la existencia de veda para ciertas especies, se sigue manteniendo por muchas personas, pero hay que desterrar la idea, porque marisco se puede comer en casi todas las épocas del año (con las lógicas limitaciones que imponen las vedas), siendo el mejor momento para langostinos y gambas, al decir de muchos expertos, el mes de junio, aunque otros abogan por los meses de abril y mayo para los langostinos, porque es cuando están llenos de “coral”.

En nuestro golfo, más que en nuestra esquilmadísima bahía, podemos disfrutar de una gran variedad de mariscos, partiendo de las consabidas gambas y langostinos, sin paragón, pasando por las cigalas, carabineros, camarones, galeras y centollos, y finalizando con otras especies, también endémicas de la zona, aunque en estos tiempos ya más escasas por la sobrepesca, como el bogavante y langosta, entre otras varias especies de menor calado (pero no menos sabrosas), y por hablar sólo de crustáceos, sin incluir moluscos, equinodermos o anémonas, todos ellos en franca regresión y de los que también goza nuestra costa de excelentes ejemplos.

Y cuando hablamos de la calidad del marisco de la zona (y, por supuesto, del pescado) no es por simple chovinismo, sino por el hecho de que la situación del golfo de Cádiz, que marca el paso del Atlántico al Mediterráneo, con una plataforma muy amplia, con una morfología que la diferencia del resto de la costa española, alimentada por la desembocadura de dos grandes ríos y con un régimen de vientos que favorece una reproducción muy alta de las especies, da como resultado que éstas abunden, prosperen con facilidad y tengan una alimentación muy variada y rica, lo que redunda en su exquisitez.

El langostino de Sanlúcar es el marisco más característico en esta provincia, y su excelencia lo ha llevado a ser reconocido como “marca colectiva”, estando en camino de obtener su propia Indicación Geográfica Protegida, labor que se inició hace tiempo pero en la que se han tenido que salvar varios obstáculos. También la gamba es de gran calidad, aunque la mayor parte se encuentre en los puertos pesqueros de Huelva, que son los que principalmente la capturan.

En cualquier caso, los mariscos del inicio del otoño son los que comienzan a congelarse para las fiestas navideñas, aprovechando los desmesurados precios que en tales fechas alcanzan, razón por la cual lo mejor es aprovechar estos meses de “interregno” entre el verano y la Navidad para gozar a precios más módicos de estos manjares, acompañados por unas buenas copas de manzanilla o, incluso, blancos de la zona, que últimamente empiezan a despegar con fuerza.