- 4 huevos
- 125 gr. de harina
- 25 gr. de mantequilla
- Una cucharadita de postre de azúcar
- La ralladura de un limón.
- Canela en polvo.
- Un vaso y cuarto de agua
- Media cucharadita de café de sal.
- Aceite
- Azúcar glass.
- Media copita de oloroso (Opcional) En cuyo caso se deberá retirar de agua la misma cantidad que se eche de vino.
En un cazo echa el agua (y el vino, en su caso), la mantequilla, la ralladura de limón, la canela, el azúcar blanquilla y una pizca de sal. Se pone a cocer a fuego medio-alto.
Cuando empiece a hervir la mezcla anterior, se echa de golpe la harina y se comienza a remover (con una cuchara de madera mejor) con fuerza.
Cuando la masa sea compacta y se despegue de las paredes del cazo, se retira del fuego, se deja reposar la masa y cuando esté templada se añaden los huevos, de uno en uno, mientras se sigue removiendo para que se vayan mezclando perfectamente. Hasta que el anterior no esté perfectamente integrado en la masa, no se echa el siguiente. Esta operación es mejor hacerla con una batidora de vaso, preferiblemente de las potentes, que ya no estamos en los tiempos de María Castaña.
La masa, así realizada a mano, es trabajosa, por lo que, dada la propagación que han adquirido los robots de cocina, es mejor seguir la receta que cada uno de ellos incorpore para hacer este tipo de masas, pudiéndose variar esas recetas con los ingredientes y añadidos que cada uno quiera.
Una vez hecha la masa, se pone a calentar una sartén con abundante aceite.
Cuando el aceite esté templado, se hacen bolitas con la ayuda de dos cucharillas y se echan a la sartén. Las bolas se irán inflando poco a poco y dándose la vuelta solas, aunque normalmente hay que ayudarlas un poco, porque conforme se inflan van perdiendo la esfericidad, salvo que seamos muy diestros con las cucharillas.
A medida que se sacan los buñuelos de la sartén, se van colocando sobre el papel de cocina para que se escurra el aceite.
Cuando los buñuelos estén fríos, se les hace un corte y por ahí se rellenan de lo que se quiera: nata, cabello de ángel, crema pastelera, crema de chocolate, crema de batata, etc. También se puede utilizar una manga pastelera y con la punta se hace un agujero en las bolitas y se rellena.
Por último, se espolvorean con azúcar glass.