- 12 canastillas pequeñas.
- ½ kilo de tomates pera.
- 1 diente de ajo.
- 1 decilitro de aceite de oliva virgen extra.
- 1 cucharada de vinagre de yema de Jerez.
- Sal.
- 1 loncha de jamón.
- 150 gramos de huevo hilado.
Cortar los tomates por la mitad, eliminar las semillas y estrujar para que suelte todo el líquido posible. Echarlos en el vaso de la batidora junto con el diente de ajo, al que se le puede quitar antes la yema para evitar que se repita (O que se repita menos). Triturar de manera continuada hasta que no se noten las partículas de piel (esto es mejor con una Thermomix). A continuación verter el aceite y el vinagre y echar la sal y continuar triturando hasta que se forme una crema consistente. Introducir el salmorejo en un biberón y guardar en el frigorífico.
Picar la locha de jamón muy finamente.
Poner sobre cada una de las canastillas una capa de huevo hilado. Cubrir el huevo hilado con el salmorejo y sobre éste echar un poco de jamón picado.
PRESENTACIÓN
Las canastillas se pueden disponer sobre una fuente directamente o poniendo debajo una alfombra de lechuga u otras hojas cortadas en juliana.
MARIDAJE
Dada la combinación de dulce y salado de este canapé, puede combinar casi con cualquier vino. No obstante, el más adecuado sería un espumoso o un vino de aguja.
ADVERTENCIAS
El salmorejo que se utiliza en estas canastillas es un salmorejo sin pan, como se puede comprobar, por lo que para conseguir que sea espeso es preciso usar un tomate con la pulpa muy consistente, como es el tomate pera. Cuanto menos maduro esté el tomate mejor, porque guarda menos agua y mejora la cremosidad final de la mezcla. Para las canastillas, mejor que sean pequeñas, para tomar en un solo bocado, y de pasta liviana. Desechar las de hojaldre porque, además, tardan mucho menos en reblandecerse. Para evitar esto último, procurar que el salmorejo quede sobre el huevo hilado, sin tocar la canastilla.