En casi todos mis viajes, busco un libro de la cocina tradicional del lugar que visito. La primera vez que fuimos a Grecia (1989), me hice de una auténtica joya que aun conservo, desvencijada de tanto usarla. Casi todas sus recetas las he practicado en casa o con los amigos, pero es la Musaka la que cae mas a menudo. Los griegos la preparan con carne picada, berenjena y sin patata, aunque las que se pueden comer habitualmente en el mismísimo Atenas, llevan el tubérculo para abaratar costes. Yo versioné la tradicional pero poniéndole atún, espero que os guste.
- 500 gramos de atún picado a cuchillo (preferentemente cola blanca)
- 500 gramos de berenjena pelada, loncheada y sumergida en agua con sal (1 cm de grosor, el remojo es para que no se oxide)
- 1 cebolla mediana, 1 pimiento mediano, 1 tomate grande y 2 dientes de ajo, todos picados
- ½ vaso de queso rallado
- 1 hoja de laurel
- 1 vaso de leche (medio vaso más si deseas una bechamel mas cremosa)
- 1 cucharada colmada de harina (mejor de maíz)
- 5 cucharadas de aceite de oliva virgen
- 1 cucharadita rasa de nuez moscada
- Sal, pimienta, harina de trigo para rebozar y aceite de oliva para freír.
En una sartén al fuego con dos cucharadas de aceite, poner a sofreír primero los ajos y cuando chisporroteen estos la cebolla, el pimiento y el tomate por este orden. Cuando rinda la verdura, añadir la hoja de laurel, el atún, un puñado de sal y pimienta al gusto, cocer un par de minutos moviendo el guiso y reservar. Escurrir muy bien la berenjena, rebozar en harina y freír con el aceite bastante caliente hasta que empiecen a dorarse, reservar en papel absorbente.
En una rustidera, montar sin dejar huecos, primero una capa de berenjena, otra de atún, berenjena y atún. En un cazo a fuego medio, poner tres cucharadas de aceite, la cucharada de harina y mover hasta que esta se disuelva sin grumos, añadir la leche, la mitad del queso rallado, la nuez moscada, sal y pimienta, subir un poco el fuego y llevar a ebullición un minuto sin dejar de mover con el cucharón. Verter en la rustidera, poner el resto del queso rallado encima y al horno precalentado hasta que se dore con el grill. Dejar reposar un par de horas o algo más, calentar de nuevo antes de servir.