Muchos hemos escuchado hablar o comido en casa de la abuela, la receta tradicional de “gallina en pepitoria”, pero no se cuantos de vosotros la ha cocinado en casa. El resultado suele ser fantástico.
- ½ pollo de campo, de unos 2 kilos, cortado en trozos (a mi me lo sirve "La gallina violeta").
- 2 cebollas, 2 dientes de ajo.
- 1 buen puñado de almendras fritas.
- 1 rodaja de pan
- 1 huevo cocido
- ½ litro de caldo del puchero (puedes poner medio cubito en el agua).
- ½ vaso de manzanilla de Sanlúcar (o vino de Jerez),
- Harina para rebozar.
- 4 cucharadas de aceite de oliva virgen.
- Unas hebras de azafrán (podemos usar colorante alimentario, si usas azafrán no olvides tostar un poco antes de añadir al guiso),
- 1 hoja de laurel, sal y pimienta.
En una cacerola grande ponemos el aceite de oliva y cuando este caliente, pasamos el pollo enharinado para hacer una costra a su alrededor, escurrir y reservar. En ese mismo fondo, freímos el pan y los ajos hasta dorar, escurrir y reservar, después añadimos picadas las cebollas hasta que estén transparentes. Majamos en un mortero o trituramos con la batidora, el pan, los ajos, la mitad de las almendras, la yema del huevo cocido, las hebras de azafrán y un poco de caldo. Una vez majado el conjunto lo ponemos en la olla junto a la copa de vino y dejamos que reduzca un poco. Ponemos las tajadas de pollo en la olla, el caldo, la hoja de laurel, sal y pimienta, cocinamos unos 40 minutos a fuego medio y tapada. Cuando servimos, añadimos por encima del pollo muy picadas, el resto de las almendras fritas y la clara del huevo.