Auténtica Cocina Marinera con un servicio atento y profesional
*El pasado Jueves 23 celebramos el almuerzo mensual de Mayo, con la visita a un clásico de la Restauración de nuestra provincia, concretamente el BIGOTE de SANLUCAR. Podemos afirmar que fue todo un acierto, porque al hecho de la visita en sí, se une que para algunos de nuestros socios (Geño, Julio, Juaqui, Pepe…) representaba cierto grado de añoranza, ya que fue un lugar en el que trabajaron, con buen recuerdo hace aproximadamente unos treintaytantos años, antier… por lo menos.
*Bigote, Sanlúcar, amigos del gremio de taxistas (grupo GADA) como los hermanos Camacho (organizaron varias fiestas con matanzas, incluidas), Roteño, Guapo, Tomás, Zamorano, Ignacio, el gran Curriqueque, matarife…, amigos con los que compartimos momentos entrañables, con su gran Manzanilla al frente y que ahora de alguna forma los celebramos con algunos de ellos. Destacaban fundamentalmente los hermanos Hermoso (dirigentes del Bigote), que nos ganaron a base de hermosas Gambas y Langostinos, cocina de pescado por derecho e incluso un tocino de cielo, que elaboraban unas monjas vecinas del restaurante.
*Una norma, aconsejable aunque no obligatoria, consistía en repartir los langostinos-tipo auténticos Pedro Romero-, en dos raciones, una a la entrada y otra tras el postre, con lo que manteníamos que durante el regreso a Cádiz, persistiera el olor a langostino…e incluso el sabor de tan glorioso marisco (ojo al dato, para recordar que era práctica habitual durante el regreso a casita…).
*Lo más entrañable de la visita actual, más de treinta años después, ha sido (no contabilizamos otras con familia y amigos) el sincero cariño con el que nos han recibido, especialmente el amigo Fernando Hermoso y su hijo, que junto a su hermano y tío, Paco Hermoso dirigen el Restaurante… Como ejemplo, comentar que el jueves 23 había un lleno casi completo en todo el recinto, mientras que nuestro equipo tuvo sólo tres bajas, pero de mucho calado, tales como el queridísimo Carlos Spínola (en líos con médicos…), Faly Paúl (que compartió la enfermedad de su hija, Carmen, premiada en 2018 por nuestro Grupo), junto al despiste del noble José María, que metido en algún pleito de gran categoría, equivocó su ida y olvidó que estaba de guardia en Bajo Guía.
*Tras el rollazo que estoy largando, pasamos a comentar el menú del día, de auténtica Cocina Marinera, en un sitio amplio, con espectaculares vistas del Coto Doñana y con un Servicio atento, profesional y muy bueno, en conjunto. Entramos en faena con un peculiar “carpaccio de gamba blanca en emulsión de AOVE”, de intenso sabor y refrescante combinación muy del agrado del personal, con la única pega de que podría admitir un corte laminado algo más fino. Crujientes, cucurruitas y con un magnífico punto de fritura resultaron unas “ortiguillas fritas”, que dieron paso a los famosos y majestuosos “Langostinos sanluqueños, tipo Pablo Romero” de una gran categoría tanto en textura, como en cocción y contundente sabor. Tras estos entramos de pleno en la magnífica cocina marinera con dos grandes platos muy representativos de la zona, a saber una espectacular “Ventresca de corvina a la sal”, de conseguida presencia, no habitual en nuestra cocina (es más frecuente poner con sal, pescados del tipo de la urta, dorada, pargo, borriquete…) con una untuosidad y suavidad más que notables. Aunque algunos probamos el blanco Entrechuelos, fue la “Manzanilla de la tierra” el vino de elección, como fiel representación de la zona vitivinícola que disfrutamos. Alguna que otra copita de Samaruco, se filtró por la zona como fiel representante de los tintos de la Tierra de Cádiz de nuestro amigo Luis Pérez. Más…??? Pues sí, amigos, aún quedaba el plato de “Pargo a la Roteña”, con un punto pasado de sal y tomate que fue considerado como muy “fuerte” y que además nos cogía con una buena parte de anatomía gástrica, cortita de espacio, y también convenía no olvidar las dulces “maritatas” etiquetadas como el “postre de la casa”, que en conjunto gustaron por su textura y suavidad, aparte de por su dulzor nada exagerado.
*Pero todavía quedaba un recuerdo de mucha categoría, y es que en la etapa final, uno de los camareros nos reconoce tanto a Geño como a mí, y expresa entrecortado su memoria. Amigos, ¿no me digan que ustedes eran clientes habituales que venían con frecuencia al Bar de mi padre, el gran amigo Pepe QUIRÓS, sito en el barrio del “Mazacote”?. Pues mira por donde “…pues Siiiiii!!!. Nuevo, gran… e importante recuerdo, ya que se hablaba, ni más ni menos de nuestro añorado Pepin Quirós, viticultor que dominaba la crianza de la “manzanilla en rama”, que en el recuerdo era un vino blanco, especialmente suave, con una graduación baja de las que se dice algo así como “y no emborracha….”, máxime con el acompañante habitual en mesa, que era ni más ni menos “un AJO CAMPERO”, con similitud a una especie de tomate con pan cortado, que se podría parecer a una especie de sopa de tomates hecha a mano, con punto de sal. Y no es que maridara con la manzanilla en rama y de baja graduación, sino que además nos dejaba en Cádiz con la mente despejada y ganas de otro evento. Yo dedicado a la Patología Digestiva, cuando curraba, doy fe que por el pequeño bar de Quirós, pasaron gastroenterólogos de reconocida solvencia, que disfrutaron del lugar, de sus caldos y de su ambiente, con una gran y casera exposición de pájaros disecados y habituales de la Marismas. Y así podría seguir bastante más, recordando a su mujer, Doña María, que aportaba la calidad culinaria a sus guisos.
*Resulta obvio comentar que Sanlúcar fue una de nuestras plazas preferidas, que visitamos bastantes veces, incluyendo la época de feria, a pesar de nuestra fama de carnavaleros. Llegado es el punto de equilibrio entre el precio del menú y lo consumido, el cual nos pareció más que correcto, y sin olvidar los cafelitos, algún brandy y bajativos en general, amén del grato recuerdo vivido.
¡Buen Provecho!
J.M. Pérez Moreno - GGG-XXXI