RESTAURANTE "LA FRAGUA" CADÍZ (Julio 2019)

>Ver reportaje fotográfico<

SIN ORDEN NI CONCIERTO EN LA CALLE PLOCIA

El pasado Jueves el almuerzo veraniego de Julio, fue de los que quedan en el recuerdo en el seno del GGG porque se ganó a pulso la siguiente frase: “desastre en la c/Plocia…”, cuestión que se rumiaba, porque en el tema materia prima, hubo división de opiniones, ya que la mayoría de los fallos no se dirigían al material consumido sino a la organización. Y ya habían comenzado en la visita de Luis B con una propuesta de menú que sonaba a broma…… ¡ broma, pues te vas a enterar…¡ y que ya incluso, cuando fue comunicado al resto del Grupo, parecía un chiste malo. La propuesta económica de unos 50 leuros, no encajaba en que se tratara de otra bromita? Que tampoco se respetó, ya que cargaron prácticamente todo, nefasto hasta la copa final.¿?.¿?.¿?

*Y otro tema jodío, y es que sin ninguna lógica, alrededor de las 16.15 horas sufrimos un parón técnico y no sirvieron material alguno hasta bien pasadas las 17 horas, lo cual repercutió en el tema tabáquico, con un aumento considerable, por lo que algunos, incluidos algunos miembros del Grupo han “caído de nuevo”, ya que durante el tiempo muerto fumaron en exceso recuperando el vicio del tabaco y sus consecuencias.

*El tema de la materia prima, insistimos que no fue desastroso ya que en mi opinión alcanzó un nivel aceptable, a pesar de los despistes y con errores básicos. Tres “ensaladitas” bautizadas como “fragua” (pollo braseado con membrillo y queso de cabra), “marina” (con langostinos y pimientos asados) y “Gaditana” o Gitana”, (frutos secos tostados, manzana verde y falso flamenquín con salchicha), correctas y hasta originales. Comentar que cumplieron en la oferta de Birras y con unos vinos que no aportaron mucho, tales como un sauvignon blanco, “Luna lunera” y un tinto de Almendralejo, con uvas palomino, denominado Buche.

*A continuación, entraron es escena unas “tostaditas”, duritas por exceso de horno, pero aceptables en conjunto. Una con miel y salchichas, otra de jamón con pistachos tostaditos y creo que hubo una más, coronada por un huevo frito…que algunos no probamos. ¿?¿? En el contexto con un lento discurrir nos llegó a escena el denominado y curioso, “Salmorejo tres colores”, donde presentaron un cuenco escalonado en tres niveles de color con pimiento rojo, amarillo y remolacha, aceptable de punto y cremosidad. Surgió el tema de las ausencias de socios, que esta vez no pudieron acompañarnos, Juaqui de “vacas” en Cantabria, Carlos en la recta final de su evolución médica y José Mari, metío en faena laboral, sin olvidar al amigo don Mario. Llegó otro platito con una pregunta al aire, …“y esto qué es??. Pues una “brandada de bacalao” con láminas de patata o yuca, que resultó saladita y no aportó nada particular al menú. Tras el inexplicable parón, sin la aparente justificación ya comentada, llegaron unas apetitosas “croquetas de rabo de toro”, de intenso sabor y textura, que en opinión general fue el mejor plato de la jornada, y que se hizo más grande porque salió en escena el recuerdo a la figura de Manolo Valencia y su cocina gitana, que nos recordó momentos inolvidables en aquella pequeña cocina, en su Andana donde triunfaba a diario a pesar de ser, tan pequeña como grande de calidad superior. Enviamos recuerdos al amigo Manolo, que debe andar su trayectoria, según creemos, en Escocia, para que vuelva pronto con su cocina a cuestas.

*Avanzaba inexorablemente el tiempo y se apoyaron en un plato de “gulas”, que rellenaban un pimiento amarillo, plato tan grande como anodino, triste y de escasa calidad. Le siguió otro guiso, y fue una “Fideuá”, potente a la vista con intenso colorido que se difuminaba al tomarla, brillante su puesta en escena, pero no aportó nada en el contexto del almuerzo. Es como si hubieran agregado mariscos y pescado, a un guiso previo?

*Pero ante la sorpresa general, todavía había idea de cumplir con lo presupuestado, y así esperaban un costillar, carne a la plancha y salmón, que no llegaron a salir a escena, salvo la carne con unos filetes de “solomillo de cerdo” al punto y la negativa general a seguir comiendo, pero tampoco faltó el postre (“cremoso de frutos rojos”), con una especie de retirada a escape, pasadas ya las 18 horas. Los bajativos, nos ayudaron a subir la Cuesta de las Calesas, y organizaron nuestra digestión. Consultado nuestro Tesorero, la relación calidad-precio, fue bastante baja, con nefasta organización del menú en con un escaso de comida. Y Geño-fundator (dixit): El “placer de un banquete debe medirse, no por la abundancia de los manjares sino por la reunión de amigos y su conversación”. “La comida que escasea, bien se saborea, la abundante no”.

*Resumiendo, que no es fácil, creo que hubo una nefasta organización con un menú desorbitado, si bien la materia prima con sus guisos, salvó una tarde desastrosa, aunque batimos un record importante, y consistió en dejar platos sin tocar, de un desorbitado menú. Relación precio-calidad baja, y destacar que por primera vez el GGG no pudo con más…y se batió en retirada.

¡Buen Provecho!
J.M. Pérez Moreno - GGG-XXXI