Veladas catedralícias
Una vez celebrada la comida familiar post-Navidad en el Ventorrillo del Chato que tan grato recuerdo nos ha dejado al compartirla con José Manuel Córdoba, nombrado en ese acto socio de honor del GGG, y su mujer, Esther, volvimos el día de San Valentín a nuestras veladas del Terraza, con Julio de cocinero y Joaquín de pinche aventajado. Acudió de invitado Carlos Tomé, que departió encantado con todos los comensales, con los que congenió en grado sumo, siendo uno de los temas estrella sobre los que se habló el incipiente Carnaval y las actuaciones del COAC. Faltaron en esta ocasión, por diversos motivos, nuestro presidente Geño Barea y José Antonio Lambiris.
El menú, muy aplaudido en general, comenzó con unos aperitivos, consistente el primero en unas zamburiñas flameadas y cubiertas con una sopa de tomate tradicional adornada con salicornia, resultando con un interior cremoso y un recubrimiento sabroso que quizás se sobrepuso al molusco; en segundo lugar unas tostas de semillas con láminas de bacalao y una mayonesa de ajo negro y cebolla caramelizada que quedaron exquisitas y como colofón un tartar de langostinos, tomate y dátiles macerados en flor de garum de El Majuelo, que fue una gozada. Como plato principal una fieduá caldosa de verrugato que también fue muy alabada por estar muy gustosa y la pasta al dente y en su punto. Todo ello acompañado en esta ocasión por unas botellas de un apreciable vino blanco de la D.O. Valdeorras, el Valdesil godello sobre lías, que viene a ser un emblema por estar considerado como el primer vino blanco que se sometió en España a una crianza sobre lías en depósito, A día de hoy sigue manteniendo su frescura y profundidad. Los postres fueron suministrados por la casa, decantándose la mayoría por el helado de turrón con un fondo de PX.
Tras las correspondientes libaciones variadas, se trataron las próximas actuaciones del Grupo, acordándose anular la salida gastronómica del mes de febrero por coincidir con los carnavales y fijando la fecha del 7 de febrero para nueva cena en el Terraza, con cocina a cargo de Luis y quien se prestase a ello (preferentemente José Antonio, si estuviera disponible). También se volvió a comentar la posibilidad de ampliar el número de socios, quedando los presentes en intentar cada uno hacer alguna gestión sobre el asunto.
Y sin más que comentar, se alargó la velada unos minutos para las despedidas y para desearnos unos a otros unos carnavales lo más divertidos posible, siempre dentro de un orden, que ya no somos unos jovencitos