Veladas catedralicias
Por fin llegó la esperada Velada de Mayo, que saltó dos martes sin piedad. El primer Martes de mes (día del curro y del currante) era festivo y se prefirió el cambio al miércoles 9, porque estaba pendiente una invitación para participar en un acto de la Feria del Libro el martes 8, que al final se atrasó sine die… En resumen, el evento mensual se dejó para el miércoles 9, y se cuentan hasta tres casos de exaltación al polvorón, ya que se plantaron en el Terraza en día distinto al previsto. Geño cumplió la tradición de invitar a dos “miarma”, amigos conocidos, en concreto José y Rafa, que alegraron la sobremesa con un surtidito de tortas sevillanas, que fueron aceptadas, degustadas y digeridas, como respuesta educada al detalle hispalense. Como, casi siempre, hubo ausencias por razones varias y no nos acompañaron don Mario, Casto y José María.
Tocaban a fogones, ¡oído cocina!, y se lo curraron, porque como sabemos la cocina tradicional suele ser más laboriosa, siendo José Luis y Rafael los veteranos chefs, con el apoyo incondicional de marmitones (veteranos también) de lujo, como Geño y Juanjohiiio.
Como otras cenas, acompañó al menú el habitual tinto gaditano, Garum 2016, del amigo Luis Pérez, que nunca nos defrauda. El menú fue bastante hacendoso, obligando a la incorporación temprana en la cocina del Terraza para montar en forma y tiempo, la velada catedralicia de Mayo-2018.
La entrada contundente, no precisó del clásico apoyo de las “papas aliñás” del anfitrión al tratarse de una categórica "Crema de puerros con habitas salteadas con jamón y panceta” que gustó a pesar de ser un plato de inicio demasiado potente, si bien textura y sabor fueron del gusto de los comensales, pero creo que debió ser un plato algo más cortito. A continuación, como muestra de una cocina casera algo sofisticada nos brindaron unos “Pimientos del piquillo con gulas y tinta de calamar”, combinación original y atrevida, que gustó a unos más que a otros sin dejar huella, y con excesivo pique para mi gusto. Sin verlos, ni de lejos ni de paseo por la Caleta, se adquirió el protagonista del plato fuerte, consistente en unos “robalos (lubina para el resto del mundo) cocinados cual salsa Roteña” con potente sabor, quizás exceso de ajillo y punto de pique fuerte, que gustó en conjunto, no obstante provocó alguna que otra irritación en zona noble. Citar por curiosa la reacción del maestro Corvina, con respuesta política consistente en el clásico mutis por el foro, sin olvidar de tomar el famoso “protector del estomago”.
El postre, “Dulce de chocolate blanco y mango”, es habitual en casa del MasterW, cual sencilla y apetitosa receta tradicional, que merece ser elaborada en nuestras casas. Creo que gustará, a pesar del riesgo metabólico que oferta un exceso de calorías e hidrocarbonados, que aconsejaban un precoz y potente cafelito y algún bajativo asociado tras prescripción facultativa. Toca citar de nuevo, la exquisitez y elegancia de las “tortas sevillanas y bizcochadas” que regalaron los “amigos miarmas invitados”, salvo la elaborada con chocolate que estaba algo “pasada”.
Todavía era temprano y se inició una administrativa, con la dificultad de la mesa larga y el desorden habitual, aunque con contenido. En resumen, los temas tratados fueron:
- Los cocineros y marmitones de la velada, explicaron los detalles culinarios de esta, incluyendo las recetas elaboradas, que son perfectamente reproducibles en casita.
- Informe del presi, explicando las gestiones realizadas con el Bar Casapuerta, sito en c/Sagasta para participar de forma coloquial sobre Gastronomía Tradicional Gaditana desde la perspectiva del Grupo. Tb comentamos la actividad del GGG en el “feibú…y derivados”.
¡Buen Provecho!
J.M. Pérez Moreno - GGG-XXXI